El acoso escolar o "bullying" se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los padres en los últimos años.
El acoso escolar, más conocido últimamente como "bullying" es definido, según la RAE, como acoso que uno o varios alumnos ejercen sobre otro con el fin de denigrarlo y vejarlo antes los demás.
Para evitar estos sucesos, los padres deben estar atentos ante posibles señales que emiten los niños que reciben o pueden recibir acoso. Un estudio realizado en 32 países y avalado por la OMS, revela que un 24,8% por ciento de los niños españoles de entre 11 y 18 años sufren o han sufrido acoso escolar. Además, el 53% de las víctimas de acoso escolar acaban padeciendo síntomas de estrés postraumático.
Al no afrontar debidamente este tipo de comportamiento y no tomar las medidas necesarias para corregirlos en edades tempranas, el número de acosadores frecuentes va creciendo con los años. Estos niños van adquiriendo un modelo de relación interpersonal tóxica, basada en la fuerza y en la imposición, que va consolidándose con los años.
Un niño que sufre acoso escolar puede sentir emociones como el enfado, el miedo, la vergüenza o la culpa. No obstante, es muy importante tratar de evitar una reacción exagerada porque puede conducir a los niños a culpabilizarse a sí mismos por la angustia que presentas sus padres.
El acoso escolar tiene como escenario principal los centros educativos. Como se trata, en su mayoría, de un acoso invisible para los adultos, los profesores difícilmente tendrán conocimiento de lo que está sucediendo a través de los padres. El agresor acosa, por regla general, a la víctima en los baños, pasillo, comedor, patio,... reservando sus acciones durante la ausencia de mayores. En algunos casos sobrepasa las paredes del colegio, pasando a ser, por ejemplo, telefónico.
Es importante que los padres mantengas siempre una comunicación abierta y positiva con sus hijos y con el colegio. De esta forma, conseguiremos que los niños se sientan más seguros y puedan contar a los adultos lo que les está pasando.
No obstante, conviene que estemos atentos si detectamos algunas señales no habituales en el niño.
CÓMO PODEMOS DETECTAR UN CASO DE "BULLYING"
Algunos ejemplos para poder detectar este abuso son:
- Cambios en su comportamiento.
- Cambios de humor, tristeza o irritabilidad.
- Trastornos en el sueño. Le cuesta más dormir y tiene pesadillas.
- Cambios en los hábitos alimenticios.
- Presentan síntomas psicosomáticos. Con frecuencia tienen dolores de cabeza, tripa, etc. sin causa que lo justifique.
- Presentan señales físicas. Hay que vigilar si aparecen de forma frecuente señales como golpes, rasguños, etc.
- Rechazo por el colegio.
- Presenta problemas para relacionarse y se aísla.
- Cambios en su rendimiento escolar.
CÓMO COMBATIR UN CASO DE ACOSO ESCOLAR
Para poder poner fin a dicho acoso, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura, da las siguientes instrucciones de acción que deben ser implementadas por los estudiantes, el personal de la escuela, los padres y la comunidad:
• El director de la escuela. El consejero de orientación, los amigos, los estudiantes, los padres de familia y los dirigentes comunitarios deben hablar para llegar a un entendimiento común acerca del problema de la violencia en la escuela. Los docentes por sí solos no pueden impedir la violencia. La comunidad escolar en su conjunto debe reunirse para elaborar de común acuerdo un mensaje firme y claro, según el hostigamiento sexual, el acoso y la intolerancia son inaceptables en el medio escolar.
• La escuela. Debe preparar un plan de acción en colaboración con todos los involucrados, así como con los profesionales de la atención de salud, las autoridades judiciales y policiales, las empresas y otros grupos comunitarios clave. Los planes de prevención de la violencia elaborados en estrecha consulta y cooperación con otros actores, tienen más probabilidades de obtener buenos resultados que los que son preparados por un grupo de profesionales que actúa solo.
• La institución escolar. Puede reducir los factores de riesgo, por ejemplo, procurando que el entorno físico esté bien iluminado o transmitiendo a los estudiantes aptitudes para resolver los conflictos de modo no violento. Para lograr que la escuela sea segura, es fundamental limitar las ocasiones en que se propicia la violencia y dotar a los jóvenes de los medios para prevenirla.
• Discutir. Los estudiantes deben hablar acerca de la violencia escolar con sus compañeros, profesor y el consejero de orientación. ¿Cuáles son las personas afectadas y las consecuencias? ¿A quiénes podrían dirigirse para obtener ayuda? Hacer una lista de organismos para ayudarles a prevenir la violencia escolar y examinar las maneras de ponerse en contacto con ellos.
• Los alumnos. Deben involucrarse en el establecimiento de reglas y responsabilidades en el aula. Incluso, pueden redactar un código de conducta. ¿Qué medidas son correctas, cuáles perjudicarían a otros o perturbarían la clase y qué medidas son fundamentales para enseñar y aprender en un entorno pacífico? Al redactarlo juntos se aclaran los derechos y deberes de todos.
• Valores. Los estudiantes deben ser motivados positivamente. El hecho de mencionar delante de la clase los buenos resultados obtenidos puede ser particularmente gratificante para ellos. Asimismo, puede designarse al “grupo que mejor se ha portado” cada semana y mostrar su nombre en una zona visible del aula.
• Los maestros. Pueden reservar tiempo después de las clases o durante los recreos para examinar la mala conducta (por qué surgió y qué debería hacerse para corregirla); pedir al estudiante que se disculpe; cambiar la disposición de los asientos; enviar notas a los padres o hacer visitas a los hogares; analizar la gravedad de la situación y tomar la decisión de remitir al estudiante a la oficina del director de la escuela, en función de las circunstancias.
Este hecho, en ocasiones, ha terminado de la peor forma posible con el suicidio de niños que lo sufren. Ayudemos entre todos a que esta palabra pase al olvido evitándolo.
J Gairín Sallán, C. A.
(2013). El «bullying» escolar. Consideraciones organizativas y estrategias para
la intervención. Educación XX1 redalyc.org .
Recuperado de: https://www.centrohera.es/como-detectar-el-bullying/
Recuperado de: https://www.huffingtonpost.es/miguel-angel-rizaldos/como-detectar-y-actuar_b_9382562.html
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